domingo, agosto 08, 2010

Tintero vacío de domingo por la tarde.


Era una tarde de domingo cómo cualquier otra. Estaba delante del ordenador, con su blog abierto y la mente con muchas ideas pero a la vez vacía. Cuando tenía muchas ideas, no sabía por dónde empezar. Sus ojos inspeccionaban cada parte de la sala, intentando imaginar un buen título o una buena história con la que acabar ese monótono domingo. Miraba por la ventana, observando el cielo a menudo, como si este fuera a darle la tan ansiada respuesta. Le gustaba escribir, le hacía sentir como si liberara sus más oscuros pensamientos, y eso le hacía sentir en paz... Y, con eso, tenía más que suficiente. Necesitaba esos momentos de paz que hasta hace unas semanas eran desconocidos. Tenía un gusto especial por la tormenta. De hecho, en su cabeza siempre llovía a cántaros... Quizás por eso le gustaba la tormenta en la realidad, porqué conseguía eclipsar el ensordecedor sonido de su propia lluvia y hacer que por unos momentos surgiera el regalo de la misma paz que sentía cuando escribía a altas horas de la madrugada. El hecho era que tenía ganas de escribir aunque fuera una tarde, que para él no eran ni la mitad de inspiradores cómo las madrugadas, cuando el silencio reinaba en cada rincón de la casa y el era el amo de lo que sucedía entre tanto silencio, reposo, y, sobretodo, paz. Ni el cielo ni los rincones de la sala le daban la inspiración para escribir algo lo más mínimamente decente, así que tocó una de tintero vacío. La música procedente de su ordenador rompía el silencio de la sala. Sonaba Sultans of swing, de Dire Straits, canción de la cual no se aburría. Y el tiempo iba pasando y a diferencia de éste, nada pasaba por su cabeza... Pero seguía buscando. Pensaba, pensaba, pensaba, y, por más que pensaba, más cosas se le escapaban de le cabeza, dejándole a solas con sus pensamientos de siempre: El desconcierto de la sociedad, las máscaras que sirven de fachada a las personas delante de la sociedad, la cansina rutina, sus problemas personales y un bla bla bla muy prolongado cómo para escribirlo en una história de domingo, así que la calma otorgada por la gran cantidad de ideas que no le llevaban a escribir nada interesante dieron lugar a que en su perturbada cabeza empezara a llover descontroladamente de nuevo, dejando ese inconfundible olor a confusión ( no a tierra mojada) que venía con las nubes y la lluvia. Se le inundaba la cabeza de sus pensamientos, como un monzón selvático, y se perdía en ellos. Cuando ya no le quedó más remedio, tuvo que echar mano de la canoa y un par de remos para conseguir salvarse de tal diluvio. Le hacía grácia imaginar este tipo de metáforas, le parecía divertido. Lo cierto es que en la realidad no llovía, si no que era un proceso mental. Y en la realidad ahí estaba el, sentado en una silla mirando ansioso por la ventana al nublado cielo y moviendo el móvil de un lado a otro, tecleando y borrando, cambiando de canción, minimizando y maximizando la misma pantalla, esperando a que unas palabras tan escurridizas como la verdad sobre lo que él pensaba se manisfestaran para que pudiera teclearlas con la misma monotonía que su ansioso tiempo invertido en encontrar un buen relato pasaba implacable. Se dió por vencido y pasó a la contemplación total del cielo, preguntándose si se le ocurriría una história que le dejara satisfecho antes de acabar aquel aburrido día o si ese día acabaría con el mismo colorín colorado que acaban todos los días. Ahhhh, a esos ojos verdes se les escapaba la respuesta. Pero, quién sabía? Quizás consiguiera finalmente saciar sus ansias escribiendo sobre algo que quizás ni entendía. O quizás terminaría escribiendo un relato sobre cómo iba pasando su domingo sin que nada se le ocurriera, intentando redactarlo con un tono poético para captar la atención de quienquiera que le leyese con tal de que no se durmiera. Quién sabe lo que le deparaban aquellas pocas horas restantes de un domingo como todos los de Agosto?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás alguien te salpique...

mezmerize dijo...

O__o

Laura dijo...

maybe... this was waiting him:
ninfapoetica@hotmail.com
later on I could give you my personal msn, but not from here!
y bueno, en el msn podemos hablar en español y tal xD

Anónimo dijo...

Ô.Ô quina menjada de coco... hay veces que la inspiración no llega ni a gritos, queremos decir muchas cosas pero no encuentramos el modo. Cuando eso me sucede, lo que hago es dejar de pensar en mí mísmo, dejar de pensar en mis problemas y escribir historias en las que no soy el protagonista ni pretendo parecerme; porque dedicarse demasiado tiempo a uno mismo te convierte en una proyección de aquello que crees que eres sin tener en cuenta quien eres de verdad; que viene a decir que escribir mucho sobre uno mismo te convierte en un personaje, que engulle a la persona.

Ahora te pido que leas una de mis entradas (el pozo) y entenderás de qué te estoy hablando.