viernes, junio 24, 2011

Paint it black


El veneno fluye por las venas... Corroe, arde, lo emponzoña todo. Encerrada a oscuras, con las ventanas cerradas dejando apenas pasar un haz de luz, una figura tirada en la cama, en tensión. Agarra fuerte las sábanas... Tiene la cara contra el colchón, apretada. Tiembla y solloza desconsoladamente. La oscuridad no podía concebir un mejor ambiente para dar lugar a una escena tan dolorosa. Los pensamientos fluyen a toda velocidad en un entorno donde el tiempo parece haberse detenido... Cada flash que proyecta un pensamiento en nuestra mente acerca la figura a un dolor enloquecedor. Agarra más fuerte el colchón, deshace totalmente la cama, sigue temblando y sollozando. La realidad convertida en una mera espectadora de una escena irreal en la que solamente los pensamientos se mueven. Tiempo y espacio? Sinsentido. Palabras elegidas por arbitrariedad que no tienen ninguna clase de significado en esa situación en la que la figura se siente tan desprotegida. Es esa misma figura a la que no le importan los conceptos tiempo o espacio... Sin embargo, la aguja marca los segundos eternos, impasible. Uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno, más uno... Tic-tac. A base de sumar granitos de arena el reloj hace una montaña en la que, sin darnos cuenta, ha sumado ya media hora. La realidad vuelve un poco al cuerpo entumecido por el llanto. Los ojos, enrojecidos, llorosos, distorsionados, distinguen con poca claridad lo que observan, de modo borroso. La mente, exhausta, ha exprimido hasta la última gota de locura. El tiempo sigue fluyendo, y la figura ya no tiembla. La estancia parece tener algo más de luz. La agonía empieza a ver su fin, sentenciada por un momento de dolorosa racionalidad que nos obliga a pensar con claridad. El aire, viciado, acumulado en el ambiente, agobia. El cuerpo desconocido empieza a moverse, lentamente, indiferentemente... Solamente desea salir de la estancia. La puerta se abre, la luz entra. Indiferente, se acerca hasta la cocina y bebe un vaso de agua. Se lava la cara y mira su reflejo en la ventana. Una cara exhausta, de ojos cansados y sin ninguna clase de luz propia... Dolido por la visión, permanece estático ente el reflejo con cara inexpresiva. Poco a poco, vuelve a la habitación, abre la ventana, y se tumba en la cama un momento. Empieza a verlo todo más claro. Los pensamientos ya se mueven a su velocidad normal, cosa que no causa el mismo dolor. Las proyecciones se antojan fantasmales, ya no son tan reales. Se sienta en el escritorio y enciende la luz de mesita. A través de la ventana se ve el atardecer, la puesta del sol, con nubes teñidas de rojo en el cielo. Buscando el alivio, el individuo, la figura, coge su pluma, buscando la determinación. Se decide, con la pluma en la mano: establece un pacto con el objeto. Un pacto que actúe como antídoto a su dolor. La pluma será el enlace al dolor de su alma. Levantando el brazo al aire, sosteniendo la pluma como un cuchillo, haciendo una mueca de enfado doloroso, deja caer el brazo sobre un poco más abajo de su muñeca derecha. La pluma se clava, la sangre empieza a brotar. El objeto empieza a llenar el depósito de tinta, gracias a la maniobra. El pacto se sella: A cambio de un poco de dolor extra a modo de sangre, la pluma purgará el veneno que corroe al individuo, gota a gota. Con el brazo sangrante y sin importarle, empieza a escribir cada uno de los dolorosos pensamientos que vertieron el dolor sobre su cuerpo y su mente. El tiempo fluye, el brazo sangra, la mano escribe, el dolor se va... Que gran pacto, curar el veneno a costa de un bien tan preciado. Ya no hay dolor, tan solo líneas escritas en tinta oscura. Ni un ápice de dolor... La realidad ha invadido al individuo, y le sabe bien, le sabe muy bien. El aire lo acaricia,y trae el olor del atardecer para él. Con tranquilidad, deja la pluma en su sitio de nuevo, sabiendo que pasará mucho tiempo hasta que tenga que volver a sellar el pacto, hasta que las gotas de veneno lo inunden de nuevo... Y con esa página, completa una libreta escrita en la misma tinta negra, que expresa una oscuridad, un dolor, una agonía, ese entumecimiento y desconsuelo indescifrables, inexplicables, residente en cada uno de los individuos igual a él que había en esa tierra de entes arbitrarios y confusos, y que no era 100% comprensible hasta que se experienciaba, e incluso después de haberlo experienciado escapaba a la comprensión total. Una mirada tranquilizadora, observando desde una distancia prudente, una cara con mueca de preocupación sincera, una mano serena sobre la espalda... Un mensaje relajador... ''No estás solo''.

martes, junio 07, 2011

Play


Pausa. Un tiempo de paréntesis. Un momento de soledad. Un instante de silencio después de una pelea. Una fracción de tiempo muerto. Un estar a solas, con los pies sobre la tierra, y con la cabeza en un mundo que no tiene nada que ver con el que vives, con el mundo en el que te hallas de cuerpo presente. Volar, alejarte, y sentirlo todo lejos, como estar en una cámara insonorizada en medio de una multitud que chilla estridentemente y te desgarra. Oír ese rumor, ese zumbido, como el de un insecto que bate las alas, ese susurro del viento enfurecido corriendo a través de las hojas de los árboles. Ver como todo se mueve a una velocidad vertiginosa y tú, el centro de todo. El engranaje que no funciona, que no gira, el inmóvil, el imperturbable, el observador, en estado de shock aparente. Miras pero no ves, escuchas pero no oyes, hueles pero no percibes, tocas pero no sientes. Miras esa línea perdida que separa el cielo y la tierra. La miras con intensidad. Tu mente entra en un estado de vacío donde nada existe, donde nada tiene sentido, donde todo es de una profundidad increíble en comparación del mundo real. Donde la belleza roza lo irreal, la belleza de un TODO detenido en torno a ti. Te alejas más, ya no hay susurros, no hay zumbidos, apenas ecos que retumban. Los ojos pierden el color. Las pupilas se dilatan. Te fundes con el horizonte. Nada. Nada de nada. El tiempo no fluye, el aire no corre, la vida no existe, tan solo tú y tus ojos, que observan el horizonte. Fuera de tí, flotando... Los pensamientos ya no se mueven en la cabeza... Como parar una película. No piensas, ergo no existes. Dejas de ser la substancia pensante, afligida por cualquier cosa: Exámenes, futuro, trabajo, dinero, pareja, sentimientos, quehaceres, recados... Minucias cotidianas que te turban. Como no aspirar a nada, como no tener nada que perder... Notas un ligero golpe en la espalda. No le haces caso, tus ojos siguen centrados en el horizonte. Otro golpe. El mar sereno e inmóvil de tu cabeza emite unas ligeras ondas. El cielo recupera un poco su color, tus pupilas están algo menos dilatadas. Otra palmada. Te han dado un electroshock. Has revivido. Oyes voces, muchas voces a tu alrededor, un barullo ensordecedor: Coches, motos, autobuses... Y percibes una presencia borrosa a tu lado que te habla, se dirige a tí.

- Eh...!!

- .... Eh...?

- En qué piensas tío? En qué planeta estás? Jajaja

- ...

- El autobús ya ha llegado, vamos que lo perdemos, hoy tenemos examen final, recuerdas? Como nos lo perdamos tendremos que ir a sufi.

- ...

- Tío, estás empanado... Va hombre, que me voy sin tí.

- Sí, vamos...




Y.... Play!


El autobús deja la parada. Todo vuelve a moverse. Fin de la pausa.
Bienvenido a la república independiente de tu rutina. Ojalá fuera una película: Pondríamos pausa y ya la seguiríamos viendo cuando nos apeteciera.







''Hello, hello, hello... Is there anybody out there? Just nod if you can hear me...
Is there anyone home?
Come on, come on, down... I heard you're feeling down
Well I can ease your pain, get you on your feet again
Relax, relax, relax... I need some information first
Just the basic facts, can you show me where it hurts?
There is no pain, you are receding... A distant ship's smoke on the horizon
You are only coming through in waves...
My lips move, but I can't hear what you're saying...
When I was a child, I had a fever... My hands felt just like two balloons...
Now I've got that feeling once again, I can't explain you would not understand
This is not how I am...
I have become comfortably numb.
Okay, okay, okay... Just a little pin prick, there will be no more
Aaaaaaaahhh!
You may feel a little sick.
Can you stand up, stand up, stand up? I do believe it's working good
The will keep you going for the show, come on it's time to go
There is no pain, you are receding... A distant ship's smoke on the horizon
You are only coming through in waves...
My lips move, but I can't hear what you're saying...
When I was a child I caught a fleeting glimpse out of the corner of my eye
I turned to look but it was gone, I cannot put my finger on it now
The child has grown, the dream is gone...
I have become comfortably numb...''

miércoles, abril 06, 2011

Estabilidad


La mano se movía poco a poco con la carta en ella, procurando no generar ninguna corriente de aire que pudiera romper el equilibrio de su pequeña pero firme obra de ingeniería. El castillo de naipes al cual iba a añadir una estructura más se levantaba, amenazando con caer en cualquier momento... Sin embargo, el as de picas en la mano del niño se desplazaba muuuy lentamente, pero fuera de toda duda que pudiera alejarle de su objetivo. Los ojos azules repasaban cada movimiento que su mano hacía lentamente para no derribar aquella obra de la que tan orgulloso estaba por ser la primera vez que llegaba tan lejos. Sin quererlo, generó algo de corriente con la mano y el castillo osciló. Asustado, el niño se quedó muy quieto y tragó saliva, sin hacer un gesto. Aliviado al ver que nada sucedía, se atrevió a mover la mano un poco más. Poco a poco, fue depositando la carta encima de otras dos que hacían punta y permitían colocar una de modo horizontal. Haciendo un gesto triunfal con el puño pero lo suficientemente flojo como para no desmoronar el castillo, el niño saboreó el momento de victoria y echó mano de dos de las pocas cartas que ya le quedaban por poner. El final se acercaba y eso le entusiasmaba. Avivado y ardiendo en ansias por obtener otro logro parecido, poco a poco fue colocando las dos cartas en un extremo de las que estaban en horizontal, para dar lugar a una nueva base en la que colocar otro piso. Esta vez movió las manos demasiado rápido, y del castillo se desplomaron tres de los cinco pisos, quedando los dos más bajos intactos de puro milagro. Quedándose desorientado con sus dos cartas en la mano, el niño contempló la ruina de su trabajo. Enfadado y indignado, dió un golpe a lo que quedaba de su castillo de fantasía, derribando lo que momentáneamente había sido un exponente potencial de su orgullo. Viendo el caos de los naipes en el suelo y sin gato risón que pudiera darle amparo o consejo para rehacer todo el destrozo, se resignaba a escuchar la estridente voz de la reina de corazones que chillaba a voces: ''Que le corten la cabeza...!!''. Se trataba de que su mundo particular de las maravillas había volado, literalmente, a modo de fragmentos de ilusión, divididos en naipes de distintos colores y símbolos. Cruzado de brazos, con el ceño fruncido y los labios apretujados, mirando con furia las cartas abatidas por el barrido de indignación realizado por él mismo... Olvidadas, las cartas yacieron en el suelo cerca de un día antero, hasta la tarde siguiente. El niño decidió que ante tal enfado era preciso dejarlas tiradas, sin ni siquiera recogerlas, pues ése era su castigo, ya que él no era el culpable, sinó los naipes, que se oponían a sus designios. A la tarde siguiente, correteando por casa con su avión de juguete y simulando como que volaba, pasó por accidente por delante de todo el desperdicio de cartas desperdigadas aquí y allá y se quedó quieto, plantado ahí, mirando con curiosidad el suelo. Un sentimiento de compasión de lo más humano se apoderó de él y decidió recoger todas las cartas y ponerlas sobre la mesa ( Pobres, habrían pasado mucho frio en el suelo). Las cartas reposaban sobre la mesa, y el niño las miraba en silencio con cara de reproche. El tic-tac del reloj sonaba impasible, acompasando los latidos de su pequeño corazón... Tras una breve pausa de reflexión, las cogió todas y hizo pequeños montones, decidiendo que no solamente era apropiado recogerlas, sinó que además, como todo el mundo, aquellas cartas merecían una segunda oportunidad. Pacientemente y sabiendo por experiencias pasadas el riesgo que corría al reempezar la arriesgada tarea, se puso manos a la obra con cierto recelo pero innegable ilusión a levantar de nuevo el castillo de naipes de sus fantasías, aquel del que podría estar tan orgulloso por que había hecho con sus propias manos... El pobre no sabía la de miradas de reproche más que le lanzaría a las cartas, sin llegar a construir el castillo entero, siempre quedándose muy cerca y estando totalmente convencido de que los culpables eran los naipes. Uno siempre es más feliz en la ignorancia... O eso dicen.

domingo, febrero 13, 2011

Puro teatro


- Déjame ser Shakespeare hoy. Déjame encarnar su pluma. Déjame sentir sus personajes. Dame esa poderosa imaginación capaz de plasmar hasta el más doloroso de los dramas, hasta las más acertadas preguntas y afirmaciones sobre nuestra propia existencia. Déjame vivir mirando de frente a una calavera y en un momento de cuestionamiento hacia uno mismo, preguntarme con el corazón corrompido por la duda si ser o no ser es la cuestión, con la sensación de que el montón de huesos inerte entiende lo que digo. Déjame sentir que los sentimientos me han traicionado y que me resigno a mi irremediable soledad a la luz de una luna, que todo lo ve y ampara, acompañado y observado por los oscuros ojos de una blanca calavera. Tan triste, tan solo, tan mio, tan singular y perfecto para un final digno de mención en soledad. Quizás todos algún día podemos imaginar ser Pablo Neruda e imaginar, de capa caída, que somos capaces de ''Escribir los versos más tristes esta noche''. Un Prometeo encadenado, una Antígona. Un Romeo sin Julieta, un Tristán sin Isolda. Tan solo la parte incompleta del cuento, un 50% garantizado por la aflicción. Tener la sensación de vivir detrás de un telón rojo de terciopelo, interpretando tragédias ante la sorprendida y expectante cara del público, con una bonita máscara blanca triste, metiéndonos en cada frase, en cada ambiente, por distinto que pueda ser. Vivir encerrado en un drama? Suena demasiado dramático. Quizás deberíamos invocar otro tipo de poder en nuestros momentos de bajón, poderes que quizás en ese momento no imaginamos, pero que serían el doble de conciliadores... Hoy, te pido que me des el poder para poder cerrar el libro sin que acabe siendo un Orfeo que mire atrás en su salida del infierno.

( Irritada) - Shhhh...! Calla hombre! Quién es el actor, tú o ellos?

( Saliendo de trance) - Eh...?

( Divertida) - Pero tú en qué mundo estás?

( Desconcertado) - Ehhh...

La risa escapaba de los labios rojos de la jóven chica. El pelo de color negro como la noche y de ojos almendra... Y las mejillas... Aquellas mejillas rosadas como un melocotón de agua maduro ardían. La contemplaba, atónito, siguiendo sumergido en el sueño. No era consciente de si soñaba o no. Alargó el brazo poco a poco, hasta depositar su mano en la mejilla. La acarició con los ojos cerrados, como quien quiere disfrutar de pasar la mano desnuda por un campo de trigo. Cada centímetro de su cara... Fue desplazando la mano, hasta dejar caer poco a poco un dedo por los labios, muy poco a poco. Los dos se miraron, sumidos en un arrebato de pasión surgido de la nada... De aquellas pequeñas cosas que tanto gustan. Mirándose intensamente, clavándose los ojos el uno al otro, dejando pasar los segundos, y éstos parecían horas... Un éxtasis profundo, tan pasional como cualquier otro. Un señor que se desplazaba elegantemente por el plató delante del telón y habló con su voz grave por el micrófono rompió la atmósfera:

- Señoras y señores, tengo el gusto de anunciarles que la obra que tanto estaban ustedes esperando se iniciará ya mismo. Por favor, disfruten de la velada.


Las risas, las conversas en voz baja, las miradas curiosas a las alcobas y a las tribunas... Todos y todo a una miraron expectantes al escenario. Poco a poco, los focos de luz ténue se apagaron y el telón de terciopelo rojo fué descorriéndose poco a poco ante las caras expectantes del público...

sábado, febrero 05, 2011

Post data: Post mortem


Ticking away the moments that make up a dull day
Fritter and waste the hours in an off-hand way
Kicking around in a piece of ground in your home town
Waiting for someone or something to show you the way
Tired of lying in the sunshine, staying at home to watch the rain
You are long and life is young, and there is time to kill today
And then the one day you find ten years have got behind you
No one told you when to run, you missed the starting gun
And you run, and you run to catch up with the sun, but it's sinking
Racing around to come up behind you again
The sun is the same in a relative way, but you're older
Shorter of breath, and one day closer to death
Every year is getting shorter, never seem to find the time
Plans that either come to naught, or half a page of scribbled lines
Hanging on in quiet desperation is the english way
The time is gone, the song is over... Thought I had something more to say
Home, home again... I like to be here when I can
When I come home, cold an tired, it's good to warm my bones beside the fire
Far away, across the field, tolling on the iron bell
Calls the faithful to their knees to hear the softly spoken magic spell




Bonita noche para escribir...
Un momento profundo de reflexión para tomar las riendas del tiempo y permitirme la osadía de dirigirme a un futuro ( esperemos que se trate de uno lejano) y dirigirme a mí mismo. Si estás leyendo esto, es que estás muerto. Qué irónico suena dedicar un escrito a uno mismo para cuando muera, aún estando vivo... Lo cierto es que estas líneas me permiten tomarme por la mano la osadía de burlar a la muerte, al tiempo, al espacio... Pero por desgracia, y muy a mi pesar, se me escapa algo muy importante: No puedo burlar a mi yo. Triste sombra que me persigue... Por que, a fin de cuentas, esto va dirigido a mí mismo. Es el momento de plantearte ciertas cosas, ahora que estás muerto: Me gustaría preguntarte ciertas dudas que tengo y que supongo que como muerto y como una persona que una vez estuvo viva... Te preguntarás cómo querrás que te recuerden, no? Yo... Yo me confieso a ti, y yo me confieso a mí mismo que la realidad me traiciona: Andar siempre reflexivo, agonizando por encajar en algún lado es algo doloroso, por un motivo u otro, en busca de cambios para sentirme más aceptado conmigo mismo y para sentirme más aceptado conmigo mismo dentro de un colectivo... Ves cómo todo se desplaza a tu alrededor a toda velocidad, como si los años pasaran a centenares pero en tu realidad todo se moviera muy lento, como si fuera un eterno Dorian Gray encerrado en su retrato, por siempre jóven y condenado... Reflexión, reflexión, reflexión... Y es que parece que cuanto más cerca estás de la luz, mayor es tu sombra. No sé cómo habrás muerto, pero sé que habrás muerto en medio de la ensordecedora lluvia que ha inundado tu vida a lo largo de los años pasados, siempre buscando sentirte feliz a costa de encajar, de buscar cosas estúpidas que te dieran un sitio en la sociedad que te rodeaba. Crees que te recordarán como aquel que caminaba bajo la lluvia, cabizbajo, solitario y reflexivo? Crees que habrás hallado la relativa paz a la guerra tras años de lucha, para encontrar un descanso efímero antes de tu despedida? Como un estúpido? Como un bicho raro que nunca se supo del cierto lo que pensaba, lo que sentía, y que despertaba el mínimo interés en los demás para que se dieran cuenta de que una luz en ti estaba muriendo, y que sólo pedías auxilio a gritos, esperando una mano amiga que te ayudara a levantar en tu desesperado silencio? Crees que siquiera te recordarán? Crees que me recordarán? Crees que me verán como algo de lo que he descrito? Es esta una confesión desesperada en busca de la compasión de un muerto que ya ha recorrido todo el camino que al escritor de estas líneas le queda? Moriré muerto de frio, con la ropa pesada, empapada, bajo el aguacero oscuro al que me veo sometido? Maldito sea mi triste propósito. Maldita sea la felicidad, y aquellos que la tienen. Malditos todos aquellos que la obtienen con facilidad y que son capaces de disfrutarla sin mirar atrás. Mirar atrás es lo que plantea tantas dudas existenciales? La comparación del pasado con la falsedad de lo que significa presente, sabiendo que por cada unidad de segundo que gastas diciendo la palabra, el presente ya se ha esfumado, dando lugar a otro presente igual de impronunciable? Hoy, bajo la calma de mi confesionário, bajo el observador para el que no tengo secretos, me tomo la calma para procurar inmortalizar cada pensamiento, para captar cada presente existente en cada momento del pasado en el que me escribí éstas líneas para mí. Se trata de un desafio de alguien con muchas cosas que decir, pero que nunca fueron más allá de eso. Se trata de una persona que, como muchísimas otras, tiene muchísimas preguntas que hacerse a su futuro yo, para hacerle al mundo, y que, como muchas otras, se ve arañado por la impasiva y cruel presencia de un aplastante sentimiento de soledad, que viene y va, y a la que disfrutas de algo y miras atrás, es cuando parece aparecer. Se trata de unas líneas indignadas. Se trata de una mezcla de resignación y inconformismo enfermizo, de una inspiración corrupta, potenciada por una fuerza que se basa en algo que muy a menudo se basa en algo que escapa a toda comprensión: Los sentimientos. Hoy no me ahogo en un vaso de agua. Hoy grito. Hoy te escupo a la cara lo que tan a menudo te repetiste en vida, y me da igual que estés muerto, apuesto a que tu tormento te persigue más allá de tu muerte. No hay moneda de dos caras que te salve esta vez. No hay ningún sentimiento de aceptación que te haga sentir bien. Lo que no le digo al mundo, no gritarles que estoy vivo, que existo, que tengo sentimientos, y que yo también valgo algo, te lo digo a ti. Te brindo la copa más envenenada del vino que una vez fué tu presente, te escribo estas líneas, que traspasarán los límites del tiempo para perseguirte y recordarte lo imbécil que pudiste ser fallándote a ti mismo, creyéndote que el altruismo de ofrecerles una máscara falsa de ti mismo te haría sentir mejor en tu día a día. Hoy, bebo ése mismo vino a tu salud, y a mi muerte. Ah, empezar a buscar en uno mismo... Qué reflexivo se empieza, que macabro, asqueroso y retorcido acaba siendo al remover los rincones más oscuros de uno mismo...
A tu salud.


Firmado,
Lo que durante cada segundo dedicado a cada palabra fué una vez tu presente.








P.D: En ningún momento dije el nombre del autor... Pero supongo que muchos podríamos escribir una carta así en un momento de debilidad, verdad?













Yours sincerely,
Á

domingo, enero 30, 2011


''La gente se rie de mi por que soy diferente... Yo me rio de ellos por que son todos iguales.''



Kurt Cobain.

lunes, enero 24, 2011

Dreamer


Se miraba en el espejo del ascensor, y veía una cara de profundo desquicio. Eran las ocho y media de la noche, como de costumbre, y acababa de salir del trabajo. Con cara de falsa paciencia y con ojos que pedían a gritos una pizca de felicidad en su día a día, iba viendo en el mismo espejo que reflejaba su cara de desquicio cómo los botones de cada planta se iban iluminando a medida que el ascensor subía. Llegó a la cuarta planta y recorrió el pasillo, arrastrando los pies y cargando de la espalda con su mochila, en la que guardaba su ordenador portátil, por temas de trabajo. Poco a poco fue avanzando hasta toparse con la puerta. Sacó las llaves del bolsillo con cierta pesadez, y las introdujo en la cerradura. Abrió la puerta, y encendió la luz del recibidor. Inmediatamente vió el pasillo principal del piso iluminado, y depositó su mochila en el taburete al lado del espejo de la entrada y las llaves en la urna correspondiente. Resoplando, avanzó por el pasillo con la mentalidad de darse una ducha y luego prepararse la cena. Oyó unos aullidos que provenían del comedor, y su pastor alemán le saltó encima, ladrando y relamiéndole la cara. El chico esbozó una sonrisa y acariciando la cabeza al perro le dijo con voz quejumbrosa:

- Anda, estate quieto, ahora jugaremos... Déjame que me de una ducha...

Poco a poco, lo apartó de encima suyo y en su travesía al cuarto de baño seguido por el perro, que soltaba ladridos cariñosos en busca de la atención de su amo, paró en el comedor y encendió el equipo de música, en el cual insertó un CD en el que ponía: ''Pink Floyd''. Sabiéndose de memoria las pistas, pulsó el número siete y empezó a sonar la calmada melodía de ''Comfortably numb''. La voz suave en la canción retumbaba a todo volúmen en las paredes del piso... A los pocos segundos, empezó a oir golpes que provenían del techo, y con cara de moléstia, se dijo a si mismo:

- Ya estamos con la pesada de la vecina...

Sin hacer ni caso, siguió avanzando hasta el cuarto de baño poniendo caras burlonas y moviendo las manos como si fueran éstas las que hablaban. Cerró detrás de sí la puerta, y encendió el grifo con agua caliente puesta, y esperó unos minutos hasta que se calentara lo suficiente. De mientras, empezó a desnudarse y a dejar la ropa en la tapa del váter, dejándola bien doblada. Se quitó las gafas, que habían empezado a quedar enteladas por el calor, notória en el ambiente del cuarto de baño. Poco a poco, con cierta timidez, y con prudencia para comprobar la temperatura del agua, fue metiendo una pierna, y luego la otra, verificando que el agua estaba quizás un poco más caliente de lo que él quería, de modo que corrigió un poco la temperatura. Mientras dejaba que el agua caliente lo inundara, otorgándole una sensación de alivio y relax, iba cantando en voz baja la canción, que aún se podía oír por debajo de la puerta, con el agua resbalándole por los labios, colándose caprichosamente en su boca. Pasaron unos minutos que le supieron a segundos y que le habría gustado prolongar, pero sabía que la rutina se le echaba encima, y que iba siendo hora de ir saliendo. Muy a su pesar, apagó el agua, cortando el flujo de éxtasis. Se echó una toalla empezó a secarse. Tras secarse durante uno o dos minutos, se deshizo de la toalla y se vió a sí mismo en el espejo. Contempló un jóven delgado, con poco pelo, más o menos fibrado, aunque algo dejado, con un pelo de color muy oscuro, y con unos ojos tremendamente verdes. Haciendo broma consigo mismo y echando mano de la poca autoestima que tenía, empezó a hacer poses delante del espejo y a decir tonterias, esbozando media sonrisa:

- Oh sí, nena...!

Salió ya con el pijama puesto y las gafas en su sitio. Se volvió a topar con su perro, el cual le volvió a asaltar cariñosamente. Esta vez, tras el relax otorgado por la ducha, actuó de mejor humor y se rió contento, hablándole en voz alta y desplazándose hasta el sofá, jugando con él y haciéndole enfadar. El perro empezó a ladrar, algo mosqueado. Cogió la pelota y la lanzo por el pasillo, y automáticamente el perro fué a buscarla. Volvió con ella en la boca y su amo le dedicó unas palabras de cariño y le dió un beso en la cabeza. Fué hacia la cocina y abrió la nevera, destapando la tipica pregunta de cada noche:

- Y hoy... Qué me hago para cenar...?

Sacó tortilla que sobraba de la noche anterior, un yogur, y se hizo un vaso de leche. Metió la tortilla en el microondas y bostezó calmadamente, mirando por la ventana de la cocina, a través de la cual se veia el lavadero. El pitido del microondas lo sacó de su ensimismamiento. Cogió el plato y se dirigió a la sala. Apagó la música y puso la mesita de la sala entre él y la tele para comer. Encendió el aparato y se dispuso a hacer zaping:

- Dibujos animados, el tiempo... Pornografía a estas horas?! No me jodas, a dónde va a parar esto...? Maldita tele de pago...

Fue cambiando de canal hasta toparse con el telenoticias. Cenó y vió el telenoticias hasta que acabó. Acto seguido, al ver que echaban una película, dejó las cosas de la cena por ahí, decidiendo recogerlas al día siguiente. Se echó la manta por encima, dejando un poco en el suelo, para que el perro pudiera acurrucarse. Y ahí se quedaron los dos, uno durmiendo y el otro pretendiendo hacer ver que miraba una película. Mirando las imágenes de la pantalla, sus ojos ausentes bailaban con los pensamientos, en un mundo más allá de su piso, de su hipoteca, de su rutina, de los malos rollos con la chica que le gusta, del asco de trabajo que tenía, de todo... Pero al mismo tiempo, involucrado en todo eso y mucho más: Soñaba y barajaba las posibilidades de un futuro o un presente mejor, soñaba con despertar al cabo de siete horas y tener una nueva vida, con un trabajo que le gustara, con una chica que le hiciera sentir feliz y le quisiera de verdad, con una sonrisa sincera pintada en la cara en lugar de una máscara, soñando y deleitándose con cada una de las posibilidades que le hacían imaginar un día a día a su gusto, a su medida... Con los ojos cerrándose y una sonrisa sincera y feliz como pocas esbozaba, dejó que en su mente se pincelaran los pensamientos y que el lienzo en el que se hallaba su obra de arte fuera su realidad onírica en la que ser feliz durante unas horas... Con los pies descalzos, fue saltando de nube en nube, ignorando bajo el tacto blando y suave de cada una de las que pisaba que el mañana le esperaba... Sumido en los efectos de una droga profunda que le daba un pequeño chute de vitalidad, de emoción, de flamantes expectativas para sacar fuerzas para el mañana, para luchar... Aunque al día siguiente volviera a llegar al ascensor con cara de desquicio, aunque la vecina le gritara por subir la música que le hacia soñar despierto... Soñando, siempre soñando y oteando el horizonte a la espera de un barco que se lo llevara lejos, muy lejos...

viernes, enero 21, 2011

Lluvia


''Soledad es hablar conmigo mismo y preguntarme ''Qué tal el trabajo? Cómo ha ido el día? Hoy sales?'' Y si salgo, soledad es hablarle a un litro y llorarle, bebérmelo mezclado con lágrimas y aún así bien me sabe...''

miércoles, enero 19, 2011

Sangrar tiene su peso en tinta.


Parece que la creatividad de uno roza la cima cuando se ve fuertemente chocado por un sentimiento que le ha causado un impacto profundo... Parece que hay sentimientos más poderosos que otros, parece que cuanto mayor es el peso de éste en el pensamiento de uno, mayor fuerza tiene sobre el papel. Furia, rabia, dolor, tristeza, desconcierto... En el peor de los casos, una mezcla de todos ellos. La cabeza empieza a girar, y a girar, y a girar, y no se detiene... Buscamos ansiosos la cura para frenar el dolor al veneno que nos corroe, queremos chillar, expulsar esa parte pútrida y corrupta de nosotros, echarla y que JAMÁS vuelva. Llorar, rabiosos, y prometernos con los ojos totalmente inundados y nuestro ser sangrando el dolor a través de lágrimas, mientras nuestros ojos se van tiñiendo cada vez de un rojo más intenso, un próspero cambio que supuestamente llevaremos a cabo... Tener la mirada perdida entre las arrugas de la cama y con la vista desenfocada sobre la almohada, escrutar cada pensamiento en busca de un por qué coherente que posiblemente quede suspendido en el aire. Desarrollar cierto sentido de supervivéncia basando toda creencia acerca del dolor en olvidar, evitar, o enterrar, llegando al punto que, con un poco de suerte, uno ha evitado tanto un problema que finalmente ha conseguido librarse de él. Tomar en serio dicha promesa de cambio y enterrar, por que, sobretodo: La clave está en enterrar, en fingir que el problema no está ahí... Y, por lo más sagrado que cada uno tenga, rezad a quien sea o a lo que sea con tal de que vuestra raíz, vuestra aflicción, vuestra causa original de tan terrible desconcierto jamás vuelva, por que es en ese momento cuando todo lo que pudiéramos enterrar sale a flote y empieza a revolotear a nuestro alrededor, recordándonos que alejar un incendio con viento JAMÁS funcionó ni lo va a hacer. Enterrad, enterremos, sigamos siendo pretensiosos, gozosos de mentirnos a nosotros mismos a cambio de una paz momentánea esbozada en forma de una idea para obtener una cura que aparte todo el dolor de nosotros mismos, y que de paso nos ofrezca la garantía de desarrollar anticuerpos con los que pelear contra todo aquello que causa dolor, tristeza, y rabia. Mirad al horizonte esperanzados, permaneced observando todo cuanto gustéis, y procurad que sea largo, por que cuando os deis la vuelta, es posible que os reencontréis con vosotros mismos a modo de rutina. Pero no pasa nada, siempre nos quedará el consuelo de poder volver a caer en el mismo error y podernos volver a tomar la libertad de hacer un borrón y cuenta nueva a base de cavar un agujero cada vez más hondo...

Autómatas, mis dedos han redactado todo esto con una convicción férrea que se puede describir, pero no entender al 100% a menos que nos encontramos metidos de pies a cabeza en la misma situación... Hay que dar por supuesto pues que para hablar de tales sentimientos hay que estar en posesión de un sentimiento de inspiración basado en el dolor, y que por lo tanto esto no es más que escupir un reflejo negativo de lo que sentimos en ese momento sobre el papel? Quizás como en tantas ocasiones al escribir la inspiración es capaz de sacar tanto lo más positivo como lo más inesperado, oscuro, y turbio de cada uno, enfrentándonos a nosotros mismos cada vez que leemos lo redactado, sabiendo que las palabras duelen, que se clavan, que hieren... Y que nos hacen sangrar como nada puede hacerlo, por que están directamente relacionadas con el ánimo del momento y los sentimientos correspondientes a dicha situación.


Cruda realidad, jamás tendríamos que dejar de observar el horizonte. Fingiré no conocer las respuestas a tantas preguntas, y en lugar de ello, enterraré y me tomaré por la mano la soberbia de la pretensión una vez más, pintando en la máscara que llevo ( como muchos otros que también la llevan) frente a la sociedad una bonita sonrisa que satisfazca a cualquiera que se conforme con observar únicamente la sonrisa pintada, sin tomarse la moléstia de preguntarse si debajo de la máscara hay algo más que cerámica.