sábado, julio 31, 2010

Cielo nublado


De buena mañana, el chico se despertó, más desganado que nunca... Despeinado, con algo de legañas, cara de sueño, y hecho papilla. La noche anterior no pudo dormir, a causa una de esas noches enigmáticas en las que uno simplemente se tumba estando cansado, pero por alguna voluntad providencial se desvela y acaba dando vueltas en la cama pensando, explotándose la cabeza, buscando el sexo de los ángeles. Pues bien, el chico se levantó a las diez, hecho polvo después de esa tediosa noche que no hacía más que repetirse desde hacía dos semanas... El sabía que sus clases del instituto empezaban a las 8 de la mañana, pero no le importaba... Se desplazó poco a poco hasta el baño con una pereza algo anormal, arrastrando los pies, y viendo algo borroso. Llegó al baño, se lavó la cara con la misma pereza con la que se movió hasta el baño, se peinó solo un poco para dar el tipo y no parecer una bestia parda, y se miró en el espejo para ver que pinta tenía. La superfície lisa del espejo, tan perfecta, revelaba la cara de un chico con poco interés por lo que le rodea, la cara de una persona que no tiene ganas de luchar, que está harto de luchar y no saber porqué, cansado de ser un velero al que solo le da el viento de lo que los demás le dicen hacer, y que normalmente cumplía, siempre por dejarlos satisfechos y no montar un cirio. A menudo ese mismo chico se encontraba pensando que no entendía las cosas que le rodeaban, por más que preguntara a los demás y a sí mismo acerca de ellas, y se repetía que estaba harto de estar pendiente de los modales, la diplomácia, y lo que se conoce como aceptación social. Estaba cansado de intentar ser sociable, de ser algo que no era realmente por tener un lugar en la sociedad, y de que estuvieran pendientes de él, corrigiéndole siempre, no importaba que hiciera... No aceptando su verdadero yo. El chico seguía mirando ese espejo que mostraba una imágen de sí mismo. No miraba su cuerpo, no se sentía orgulloso ni defraudado de su físico... Lo que siempre veía cuando miraba en ese espejo eran sus ojos, verdes, verdes como las piedras del rio. Detrás de esos ojos verdes habían siempre nubarrones anunciando lluvia, perturbados por los rayos que caían en sus pupilas, esos rayos y esas nubes invisibles a los demás que los miraran. Unos ojos profundos, que escrutaban el horizonte, en busca de algo que les faltaba, ansiando una libertad un tanto peculiar, casi contradictória. Unos ojos que buscaban la paz y no la encontraban... Los ojos de una persona que jamás se sentiría completamente integrada en su mundo. El dolor de los rayos decargando sobre ese fondo verde lo molestaban, las nubes no le dejaban ver con claridad esa libertad ansiada, y la lluvia de esos ojos perturbaba su cabeza. Cuando el chico se dió cuenta de que llevaba cinco minutos mirándose al espejo, observando el tempestuoso cielo que se ocultaba tras las pupilas verdes, se percató de que el horizonte que siempre observaba con una ansiedad casi enfermiza jamás estaría claro, debido a las constantes borrascas que circulaban por esos ojos tan especiales. Se dió un par de palmadas en la cara para salir de ese trance, y se acabó de vestir. Desayunó con calma, preparó sus libros en su mochila, y se preparó a sí mismo para volver a entrar en contacto con el mundo real. Agarró con fuerza el pomo de la puerta, y tomó aire... Inspiró muy fuerte, como si su vida dependiese de ello... 1, 2, y... Abrió la puerta, marchando de nuevo como un autómata al mundo causante de la tormenta permanente de sus castigados ojos, en lucha constante con un sol que jamás secaría la incesante lluvia.

8 comentarios:

Anaïs dijo...

¿así que siempre llueve en tu cabeza?...pensé que te gustaba la lluvia...supongo que te referías a la terrenal, no a la del pensamiento, ésa debe acabar encharcándolo todo, sin dejarte ver con claridad.

por cierto, fántastico escrito, lamentable significado...
supongo que ser un león sedado no sienta demasiado bien...la energía y las ansias de libertad fluyen en el interior mientras los barrotes de la celda te aprisionan en la diplomacia y los protocolos de la sociedad...tal vez sea hora de abandonar el trabajo de celador, ¿qué te parece?

mezmerize dijo...

a partir de ahora seré un jack el destripador.

Paramédico dijo...

Me ha gustado esta entrada, me he sentido identificado varias veces. Escribes muy bien.

Un abrazo

Paramédico dijo...

P.D. Escribo desde agosto de 2008 ;)

mezmerize dijo...

Grácias por las alabanzas, pero no hay para tanto, XD. Saludos

Anónimo dijo...

Pobre hombre, pobre mundo. Muchas tormentas, mucha lluvia..

Está muy bien escrito, pero el significado parece demasiado oscuro y pesimista, no creo que todo dentro de uno sea agua y tormenta, oscuridad y dolor... aunque cuando uno está inspirado y triste parece que así es jaja

Creo que la libertad es bastante subjetiva y a nuestra edad creer que es inalcanzable, es una enfermedad crónica que nos afecta principalemte a los jóvenes.

Sigue escribiendo, sigue buscando... (me aplico todo lo que te digo jaja)

Anónimo dijo...

Libertad, apariciencias, soledad, tristeza, tormentas, desilusion, esperanza, rutina, incertidumbre...
Solo son palabras, el significado se lo damos cada uno de nosotros.
La melancolia, por ejemplo, no es negativa porque significa que valoramos lo que tubimos un dia,lo hace especial porque lo seguimos recordando.

mezmerize dijo...

Muy bien replicado.