viernes, octubre 08, 2010

Breaking the habit


''Memories consume like opening the wounds, I'm picking me apart again... You all assume, I'm safe here in my room unless I try to start again... I don't want to be the one, the battles always choose, cause inside I realize that I'm the one confused... I don't know what's worth fighting for, or why I have to scream, I don't know why I instigate and say what I don't mean... I don't know how I got this way I know it's not alright, so I'm braking the habit, I'm breaking the habit, I'm breaking the habit tonight. Clutching my cure, I tightly lock the door, I try to catch my breath again... I hurt much more than anytime before, I've got no options left again... I don't want to be the one, the battles always choose, cause inside I realize that I'm the one confused... I don't know what's worth fighting for, or why I have to scream... I don't know why I instigate and say what I don't mean, I don't know how I got this way, I know it's not alright, so I'm breaking the habit, I'm breaking the habit, I'm breaking the habit tonight... I'll paint it on the walls, cause I'm the one has fault, I'll never try again... And this is how it ends. I don't know whats worth fighting for, or why i have to scream, I don't know why I instigate and say what I don't mean, I don't know how I got this way, I'll never be alright so I'm breaking the habit, I'm breaking the habit, I'm breaking the habit tonight...''

El tormento de su corazón lo cegaba con ira. El oscuro baño, carente de iluminación, albergaba una alma furiosa. Toallas desgarradas, utensilios de higiene por el suelo... Se oía la agitada respiración del individuo dentro, que lloraba desconsoladamente. Estaba sentado encima del váter y tenía las manos en los ojos. Las lágrimas caían monótonamente a través del resquicio entre dedo y dedo. Los labios le temblaban, y a ratos sollozaba. El entorno oscuro se cerraba en torno a él. Se sentía solo, atrapado en una espiral eterna. En su cabeza viajaban imágenes del pasado y de otras personas a toda velocidad, haciéndole sentir agobiado, sugestionado, lo que le provocaba un dolor mayor. Los minutos fluían a una velocidad que daba miedo, no por rápida, si no por lenta. Las lágrimas cesaron... Pues ya no había más que derramar. Los ojos cansados descansaron de lágrimas por un momento. Se apartó las manos de la cara y las depositó en las rodillas. Tras unos minutos de ensimismamiento, se levantó y se puso frente al espejo. Se vió a sí mismo reflejado, y contempló con cierto aire de compadecimiento por sí mismo la cara que tenía. Vió sus ojos inyectados en sangre de tanto llorar, esos ojos una vez verdes. Vió las ojeras marcadas en su cara, signo de cansancio, y contempló sus labios torcidos por la tristeza. El baño empezó a temblar, sus emociones empezaron a temblar, sus expresión se volvió tensa, y un torbellino de pensamientos empezó a girar en su cabeza, relativamente serena hasta el momento. La nube en su cabeza se condensaba, se concentraba, y lo destruía... Un pitido agudo empezó a sonar en su cabeza. Empezó a arder. La furia tomó poder sobre sus sentidos. Y después de la tormenta vino la calma... Cuando se quiso dar cuenta, tenía el puño estampado contra el espejo que mostraba lo débil que se sentía. La sangre goteaba por sus nudillos y por la muñeca. El espejo ahora sí que era fiel a su reflejo: Estaba hecho pedazos... Y cómo mejor podía reflejar sus sentimientos? Se dió cuenta de que estaba en una situación estúpida, así que decidió cambiar el chip rápidamente. Se olvidó de los cristales rotos, ya los barrería luego. Lo primero que hizo fue irse a lavar y vendar la mano. Una vez hecho esto, se desplazó hasta la cocina con una falsa parsimónia. Tomó un trago de agua que se le antojó como una bendición. Guardó la botella en la nevera y abrió la puerta de su casa. Echó a andar hacia uno de aquellos bancos cerca de dónde estaban los almendros y aquella pequeña montaña, y se sentó en uno de ellos. Contempló el cielo y cómo la brisa torturaba plácidamente los árboles, otorgándoles un éxtasis parecido al que ahora sentía él ante la inmensa paz de aquella visión de un atardecer de otoño. Aquella paz le trajo consigo la brisa, la cual a su vez arrastraba una palabras claras y concisas: ''Pasa página...''


P.D: Titulo sacado de la canción ''Breaking the habit'', de Linkin Park

1 comentario:

Xumiichurry dijo...

A veces es tan fácil llegar al límite y romper con el mundo, con los espejos y con uno mismo pero... sí, lo mejor es respirar hondo y asumir que no hay más narices que pasar página, que en ocasiones es lo mejor.
Vamos a vendarnos las manos, ponernos tiritas en el corazón y desempolvarnos la sonrisa.